El pueblo de la Guapondelig insurrecta (más conocida como Cuenca por su nombre colonial) vio nacer en 1878 al Dr. Víctor J. Cuesta, ilustre abogado y sacerdote católico. He pasado mis años escuchando ese nombre, parando el autobús en su plaza, viendo su monumento y sin saber que, él aparte de paisano, fue copartidario. Para no hacer muy largo el cuento, Víctor se recibió como sacerdote a los 23 años, edad temprana en aquel entonces como ahora para ejercer dicha labor. Su trabajo comenzó siendo capellán de la Escuela San José de los Hermanos Cristianos, en la que estuvo poco tiempo.
Mientras esto sucedía en las planicies urbanas de Guapondelig, Ecuador estaba viviendo la Revolución Liberal comandada por Alfaro. Se dice en la historia (muy cargada de intereses y regionalismo) que los pueblos serranos quedaron quietos o peor, contestaron las ansias liberales de los montoneros alfaristas. Y por supuesto, nunca se menciona a los pueblos amazónicos. Digamos que verdad a medias. La historia como siempre, está contada desde el poder, y en la sierra ecuatoriana, los hacendados y terratenientes quisieron defender el proyecto conservador. Pero los serranos de a pie, en clara conciencia de su condición formaron en la región, círculos de apoyo al movimiento alfarista. La Revolución Liberal fue comandada por el sector comercial costeño, pero fue plataformeada por núcleos obreros anarco-mutualistas. En contexto internacional, el anarquismo sindical acababa de sufrir su golpe en la AIT, el socialismo marxista aún no llegaba a Ecuador y por supuesto, los liberales latinoamericanos habían comenzado la revancha desde la gesta independentista. Tal vez eso explique por qué el mutualismo libertario en Ecuador, asentó las bases del movimiento obrero.
En medio de todo el alboroto liberal, Víctor J. Cuesta funda en 1902 la Sociedad de Obreros de La Salle. Aún podemos ver ese nombre en el cruce de la Sucre y Mariano Cueva. Este fue su proyecto más importante, enmarcado en la tradición mutualista de apoyo a los trabajadores. Es quizá uno de los mutualistas más importantes de Ecuador, aunque no hay registro de que haya tenido alguna inclinación libertaria. Lo que sí se sabe, es que Víctor J. Cuesta promulgó más proyectos mutualistas en apoyo a talleres, hogares, cárceles, hospitales, no solo en actividad filantrópica de ayuda material, sino también valiéndose de su formación, llevó consuelo espiritual a muchas personas. Si bien estaba protegido por la congregación lasallana, no hay que olvidar que esto sucede antes de la reforma católica de Juan XXIII y sobre todo, con una Iglesia muy política que estaba a punto de perder sus privilegios precisamente por el avance liberal.
Como buen mutualista, Víctor J. Cuesta promovió cooperativas de ahorro, boticas y tiendas de ropa bajo esquemas de apoyo mutuo. Esta es la razón por la que, en una colaboración católica-mutualista, se erigió un monumento en la actual Plaza San Francisco, obra del maestro Luis Mideros. Esta misma escultura se trasladó a la plaza que lleva su nombre en 1964.
Tanto la Sociedad de Obreros como los estudiantes de la Universidad Católica de Cuenca, han emprendido diversas actividades para la conservación de esta plaza, que aún podemos tener la dicha de ver en el centro de Guapondelig. De entrada, es una visita que hay que hacer, una vez acabada la cuarentena desde la que les escribo. Como saben, debido a los acontecimientos del siglo XX, el mutualismo se separa del movimiento libertario internacional y el movimiento sindical empieza a ser comandado por grupos marxistas. Actualmente, la Sociedad de Obreros sigue funcionando en sus labores de defensa a los trabajadores, pero enmarcada en principios católicos.
Quiero vincular esto a mis anteriores publicaciones de conciliación con la Iglesia Católica, (bueno, en realidad con los fieles católicos) no solo en reconocimiento de la labor que están haciendo en la pandemia sino en una disposición sincera de recuperar esa unión de los valores católicos con los principios libertarios que me empujaron al mutualismo. Esto tal vez explique otras cosas, como la libertad de fe o el anti-posicionamiento que ha tenido el mutualismo entre liberales y socialistas. El caso de los mutualistas ecuatorianos es de hecho, un ejemplo gráfico de que sobre los conflictos de filosofías políticas y preceptos religiosos, las utopías tienen que venir de la sabiduría popular.
Y por supuesto, ojalá esto ayude a mantener el nombre de Víctor J. Cuesta en la historia.
Salud y Libertad!
Escupido y firmado,
Daniel X.
REFERENCIAS
Manuel Carrasco Vintimilla (2008) La plaza Víctor J. Cuesta y la capilla de el Vergel. Universidad de Cuenca: Cuenca
Alexei Páez (1986). El Anarquismo en Ecuador. Corporación Editora Nacional: Quito.
Patricio Ycaza Cortez (2007) Historia del movimiento obrero ecuatoriano de su génesis al frente popular. Ediciones La Tierra: Quito.